Un Congreso de Cooperativas dejó una foto inesperada de convivencia política
Francos, Kicillof y Pullaro coincidieron en Coninagro: del debate sobre el rumbo económico al llamado a la concordia
No podía ser de otro modo: una buena foto de convivencia política, tan necesaria en días tumultuosos para una sociedad argentina siempre agrietada, se dio en el Congreso Internacional de Coninagro. Allí, entre dirigentes rurales y gobernadores, quedó en claro que nadie se salva solo y que el diálogo, aunque difícil, todavía es posible.
En un mismo escenario se encontraron Guillermo Francos, jefe de Gabinete de la Nación; Axel Kicillof, gobernador bonaerense; y Maximiliano Pullaro, mandatario santafesino. Tres figuras de peso en la política argentina que, con estilos distintos, hablaron de producción, de desarrollo y de futuro, aunque con visiones opuestas sobre cómo alcanzarlo.
Francos: templanza en medio de las tormentas
El jefe de Gabinete tomó la voz oficial del gobierno libertario. “El campo es un sector amigo”, aseguró, al tiempo que pidió paciencia a los productores en un contexto económico frágil.
Francos insistió en que el equilibrio fiscal es “la llave del crecimiento” y planteó que la Argentina “lleva un siglo sin encontrar el camino de la prosperidad”. Pese a las críticas recibidas en el Congreso Nacional en los últimos días, defendió la gestión de Javier Milei y recordó que se redujo la carga de retenciones, incluso con la urgencia fiscal actual.
“Estamos pasando nubarrones y tormentas, pero este gobierno sabe a dónde va y espera tener apoyo. Lo demás es volver al pasado”, remarcó.
Kicillof: producción y trabajo como bandera
En contraste, Axel Kicillof subió al escenario con tono de ganador tras las elecciones del 7 de septiembre, en las que el peronismo se impuso con amplitud. Destacó sus recorridas por el interior bonaerense y planteó que “esa parte de la provincia es tan importante como el conurbano”.
“El centro y el foco de nuestra política pública está puesto en la producción y el trabajo”, enfatizó. Y lanzó críticas directas al programa económico de Milei: “La macro está desvinculada de la microeconomía real. Esta no es una macro para el desarrollo”.
Incluso, ironizó sobre la referencia presidencial a la Escuela Austríaca: “No sirve para nada en la Argentina de hoy”.
Pullaro: un camino alternativo desde las provincias
Por su parte, el santafesino Maximiliano Pullaro buscó marcar distancia de las dos fuerzas principales. “Las provincias productivas nos unimos para pensar un programa distinto. La salida no es con recortes, sino con producción y desarrollo”, sostuvo.
Aclaró que coincidir en el rechazo a ciertas medidas del gobierno nacional no lo acerca al kirchnerismo: “Pensamos distinto, pero representamos a las provincias que viven del campo y de la industria”.
El mensaje de Coninagro: consensos antes que grietas
En medio de discursos atravesados por la coyuntura y la puja política, el titular de Coninagro, Lucas Magnano, llamó a la mesura.
“El campo argentino está atravesando un cambio de época y podría transformarse en una gran oportunidad si se dan las herramientas adecuadas”, expresó. Respaldó la política de déficit cero, pero al mismo tiempo reclamó más diálogo: “Disentir no es una declaración de guerra, coincidir no es un acto de obsecuencia”.
Magnano advirtió, además, sobre la apatía social en las últimas elecciones: “El claro ganador fue el desinterés. No debemos naturalizarlo”.
Una cita con la civilización
Así, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se dio una escena poco frecuente: dirigentes de visiones opuestas compartiendo un mismo espacio sin chicanas ni gritos.
En tiempos de grietas políticas y crisis económica, el Congreso de Coninagro dejó un mensaje que los cooperativistas repiten como un mantra: solo una sociedad cohesionada podrá cumplir sus objetivos.
